jueves, abril 28

Tú, que ya te fuiste, y no volverás más.

Ya no me sale la risa,
solo el llanto.
Dios dame fuerzas,
para no seguir escuchando,
que ya te fuiste,
que ya te marchaste,
no puedo vivir en este desastre.
Intento no recordarte,
pero tu recuerdo sigue hurgando.
Hurgando en la herida que dejaste,
cuando te marchaste.
Sin dejar huella,
te fuiste y nos dejaste,
esperando aquella maravillosa mirada,
aquella maravillosa sonrisa,
nos dejaste en ascuas,
mirando y buscando tus labios.
Un día fuiste al mar,
y no volviste más.
Debajo de las arenas yace tu serenidad, bondad y alegría,
que aquel día prometiste dejar,
en casa, a tu familia, tus amigos, tu verdadero HOGAR.
Espero que desde donde estés nos cuides,
y nos alejes del peligro,
de ese peligro que te cogió y por eso ya no estás conmigo,
de ese peligro que te alejó de todos tus seres queridos.
Pero como tú dijiste:
-Yo voy primero,
el destino lo oyó y cumplió tu deseo.
de no ver hundidos a los que más amas,
de no ver destrozados a los que más te aman.

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